La pasión llega cuando llega
Cuando le cuento a la gente que estoy intentando encaminar mi vida hacia algo mejor, recibo siempre una felicitación como respuesta. «Di que sí», «como me alegro», «tú sí que sabes»… múltiples comentarios y todos positivos. Pero lo que la gente no sabe es que detrás de esta lucha por acabar trabajando en lo que verdaderamente es mi pasión hay un mar de esfuerzos, de lágrimas, un trillón de dolores de cabeza y sacrificios tanto económicos como psicológicos. Sí, ya sé que la vida no es fácil para nadie pero, en mi caso, a veces pienso que yo soy de vida difícil. Me gustan los retos y ahora estoy metida hasta el cuello en uno.
Y lo peor de todo no es el esfuerzo que ello comporta. Lo peor es la recompensa. La pasión y el talento no se valoran en esta sociedad y menos ahora. Imagino un mundo donde se midieran los trabajos por estos dos factores, pasión y talento, ¿de verdad estaríamos todos donde estamos? Yo bien puedo decir que sí. Sé que he escogido mal momento para cambiar de profesión. Pero chicos, la cosa ha surgido así. La pasión llega cuando llega, ni antes ni después. ¿Y qué culpa tengo yo de haberme topado con esta crisis mundial? Ninguna, entiendo. La profesionalidad, el buen hacer, el ímpetu, las ganas, la ambición y la pasión (sí, también la pasión) desaparecerán sobre la faz de la tierra si seguimos funcionando así de mal. Si no dejamos trabajar la mente a profesionales muy valiosos, gente con ganas y personas con aspiraciones, las alas se les harán más cortas y no podrán ni volar.
En mi caso (y sin que suene arrogante), me siento como un diamante guardado en un fondo del cajón o enterrado en la arena. Quizás el problema es que yo no sé colocarme, como diamante, sobre un anillo de oro y salir a la calle a relucir. Me lo cuestiono muchas veces. Pero en realidad, no me puedo comparar con un diamante porque al fin y al cabo es una piedra bonita pero sin alma, sin simpatía, sin ambición y SIN PASIÓN.
julio 25, 2013, 9:31 pm
😉 tu sigue que algún día se volverá a valorar todo esto, yo pienso igual y todavía voy buscando mi hueco.
Un saludo.
julio 25, 2013, 9:42 pm
Es precioso todo lo que has dicho de tí misma, y al mismo tiempo decirte que tienes toda la razón del mundo… Arantxa, aqui estaremos las piedrecitas del río esperando a ver el gran dia en que brilles encima de un anillo, porque ese dia llegará. Un beso muy grande
julio 26, 2013, 9:01 am
Arantxa, que bonito, y te deseo que, como ya te dije una vez, puedas hacer de tu pasión tu profesión, pero si no puede ser, aún te queda una tercera por brillar entre las piedras: escribir. Si, considero que escribes muy bien, a mi me gusta como describes tanto platos como sentimientos y pensamientos. Adelante.
julio 26, 2013, 9:12 am
Los que te quieren si que saben lo que vales, los que no te conocen y tampoco intentan hacerlo, están pasando la oportunidad de conocer a una persona maravillosa, pero tranquila porque aparte de la familia, hay gente que tarde o temprano va a saber reconocer tu valía. Tu lo vives, no trabajas por dinero (que también..) y eso hace que seas un diamante pulido, sólo falta que alguien te encuentre
julio 26, 2013, 5:33 pm
Muy bien escrito y que grandes verdades dices. Ole tú!
julio 26, 2013, 7:16 pm
Muy de acuerdo, Arantxa! Nos guste o no, tenemos que trabajar para vivir (que no al revés!), y una vida sin pasión no tiene sentido. Así que intentar dedicarse a lo que uno ama, incluso dejando algunas cosas por el camino, tiene mucho sentido en cualquier momento, y más ahora. La valentía y la perseverancia darán resultados pronto, seguro!!!
julio 27, 2013, 10:06 am
miau!!!