La Gilda (Barcelona)

Un bar-restaurante donde, curiosamente, la mejor pieza culinaria del lugar es el bikini

Las casualidades son maravillosas. Y si llegan cuando más las necesitas, aún mejor. Como ese jueves agotador y horripilante que se transforma en una gran noche donde tu estómago se te alegra y la sonrisa vuelve a tu cara. Porque a veces lo que necesitas es una barra donde sentarte a solas y relajar la mente para seguir con el camino. Aunque el camino sea pasar de la barra a la mesa,  ya acompañada, en el restaurante La Gilda de Barcelona.

Este pequeño bar de comidas del lado derecho del Eixample hace honor a su nombre con un par de versiones del conocido aperitivo. «¿Normal o picante?» se te preguntará. La extra hot vicia, ya os aviso. Ideal para abrir el apetito, aunque creo que su fuerte no son las gildas -no se puede comparar con tomarlas en el País Vasco, su origen-. El rey de la casa en La Gilda es, sin duda, el bikini. Sí, suena raro pero este mundo está lleno de curiosas contradicciones que ponen chispa a la vida.

Dos tipos de bikinis y a cuál mejor. Uno, con sobrasada, queso manchego y miel. Y el otro, con jamón cocido, queso y mantequilla trufada. Con un pan fino y crujiente que los hace aún más singular, de coca de cristal. Y si llegados a este punto creíamos que La Gilda era todo un descubrimiento, inocentes de nosotros.. Cuatro mesas hay al fondo del local y dos justo en la entrada, aunque lo que NO tiene que pasar desapercibido cuando entréis es su pizarra de platillos del día. Un rato nos costó decidir entre las tapitas suculentas de cocina básicamente catalana (con precios de entre 3 y 6 euros). Somos de estómago grande pero no llegamos a probar la ensaladilla rusa DIY («do it yourself», háztela tú mismo) o las bombas de salmorejo con boquerones.

La gilda de La Gilda. 😉

Bikini con queso manchego, sobrasada y miel. La versión más dulce.

Bikini de jamón cocido, queso y mantequilla trufada. La versión más salada.

Coca Pig, con filete de cerdo, soja, tomate y mostaza de hierbas. Es uno de los platillos recomendados y su combinación de sabores seduce ciertamente.

Albóndigas al curry. No nos convenció la salsa, sobrada de grasa.

Borrachillo de naranja. Muy buena intención pero los trozos de naranja no estaban bien integrados en la crema.

Precio (2 personas): 38,90€, con un par de copas de vino y dos chupitos. Como siempre digo, nosotros somos de estómago ancho y con menos comida puede que sea suficiente. A pesar de un par de detalles culinarios, nos pareció un lugar ideal para hacer el aperitivo y comer de forma informal. Recomendadísimo meterse en el estómago al menos un bikini si se visita. Y para aquellos que tengáis la suerte de trabajar o vivir cerca de La Gilda, un menú de mediodía de 8,90 euros con cremas, sopas y cazuelas de siempre os están esperando.

La Gilda

Tel: 93 118 03 54
lagildabcn.com