Paseo en Seat Mii y experiencia gastronómica

– Lasaña de queso, membrillo y jamón de pato. La idea fue cortar finas lonchas de queso y también de membrillo. Conseguir esto último es un poco difícil pues ningún charcutero te lo suele hacer, por lo que Iker nos dio un truco para conseguirlo que es meter en el congelador un bloque de membrillo durante una hora (no se va a congelar) y así podremos cortarlo con una mandolina. Una vez que lo tienes, vas intercalando capa de queso y capa de membrillo, así hasta una cantidad a gusto. Lo cortamos a cuadradillos y lo rematamos poniendo encima una loncha de jamón de pato enrollada y pinchada con un palito. Me pareció una tapa buenísima, aunque en mi opinión pondría menos membrillo pues mata un poco el sabor del jamón de pato y el queso.

– «Yogurt del mediterraneo», sardina ahumada en vivo con tomate, aceite y mató. Dentro del tarro fuimos introduciendo primero una cucharadita de mato de vaca, un trocito de tomate deshidratado (echando por encima de esto el aceite donde se guardan los tomates, conseguimos así mayor sabor), un poquito de sal y finalmente un trocito de sardina. Todo esto lo sellamos poniendo encima del tarro un plastiquito que al aplicar calor con la plancha quedó sellado igual que los tarros de yogur de cristal. A esta tapa le hicimos un agujerito para introducirle humo de madera de encina. Para mí esta tapa fue una de las mejores, pues la sardina junto al humo de encina creaba un sabor potente que junto a la textura del mató con el tomate conseguían hacer de esta tapa un platillo inmejorable.

– Sushi de salmón ahumado y queso fresco. En un filete de salmón, cortado en forma de cuadrado para que se pueda enrollar, aplicamos con una manga pastelera una tira del queso fresco (montado con nueces y eneldo), hacemos un rulo y cortamos las porciones de sushi. Las ponemos en las vaporetas y les damos el toque final con huevas de trucha y un poquito de eneldo. Quedó una tapa muy suavecita pero muyyy sabrosa.

–Natillas de foie. Una crema de foie que dejamos cuajar, para que tenga la textura de una natilla. Una vez cuajada la acompañamos con un poquito de pan crujiente, un poquito de aceite de trufa y vinagre balsámico. Esta tapa fue especial para mí porque me encanta el foie, pero me desagrada la trufa y he de decir que al no excederse en el aceite de trufa, le daba un sabor junto al foie muy interesante.

– Falsa cuajada de azahar con muesli, naranja, almendras y fresitas del bosque. Ya hecha la falsa cuajada con aroma de azahar, la idea fue rellenar medio vasito con esta cuajada y continuar con un poquito de cereales, unas almendrillas laminadas, un poco de fruta confitada, una fresita (todo un poco a gusto del consumidor) y finalizarlo con un poquito de polvo de naranja deshidratada. Una tapa muy vistosa.

– Trufas de chocolate blanco y frambuesa. Trufas que ya venían hechas y lo único que había que hacer era ponerlas todas encima de una pizarra y ponerle el palito. Chocolate y frambuesa, ¡qué decir de esa maravillosa combinación!

– Gin-tonic nacarado.
Utilizamos ginebra pero sin alcohol (como lo han quitado?), poniendo en una probeta y añadiendo polvo de plata (difícil de encontrar pero no imposible!) consiguiendo así un efecto nacarado muy bonito. Tal como Iker nos dijo si lo dejas reposar, la plata decanta y aun sorprende mas al comensal al irsela a beber..Un chupito muy digestivo si señor!

Después de todas estas tapas la verdad es que acabamos bastante llenos. Aunque parezcan poca cosa, cuando uno disfruta y saborea, la satisfacción es mayor y yo puedo decir que salí muy satisfecho.

Doy las gracias en primer lugar a Ivana que sin ella no hubiese sido posible, a Tania que fue quien nos guió hasta el evento, a Alex del blog Boarding Pass (os lo recomiendo si sois amantes de lo asiático!), el encargado de soportarme al volante por Barcelona, y como no, al maestro culinario Iker. Y sobre todo a ti, Arantxa, por dejarme ser tu fiel pinche!!!