Mi bocadillo gourmet


Comer es una de mis pasiones, eso está claro. Y cuando a alguien realmente le apasiona el comer, se suele hacer sin prejuicios, sin poner etiquetas a los platos, sin teñir la comida de tintes sociales y sin juzgarla demasiado. Puede parecer algo trivial e incluso anticuado pero, a mi parecer, no lo es. Parece mentira pero aún hoy en día y en muchas ocasiones se asocia el buen comer con el mucho pagar.

Y sé que puede parecer irónico que esto lo diga alguien que gasta mucho en comida pero sigan leyendo…

Para entender lo que digo basta con preguntarse esto: ¿por qué insisten los medios de comunicación en hacernos felices con productos gourmet? ¿Es un producto gourmet mejor que un simple producto? ¿Por qué tendemos a comprar lo más caro creyendo que es más bueno? ¿Y por qué escogemos pato en vez de sopa en una carta de restaurante? Esta realidad existe y el caso más extremo de ello es el llamado síndrome del gourmand.

A mi entender, comer las mayores exquisiteces y los platos más in del momento no es un claro símbolo de amor por el buen yantar. No se trata de una condición necesaria y suficiente. En mi caso particular, y seguramente sea así para otros, las mejores comidas no han coincidido siempre con los mejores restaurantes. Una comida no es sólo el alimento. Y si a ese alimento le ponemos un precio x o un precio y no lo hará mejor ni peor, simplemente alcanzable o inalcanzable, común o extraordinario.

Y así es como este bocadillo de calamares con lechuga y mayonesa me hizo disfrutar. No fue más que un bocata de un bar cualquiera en una calle cualquiera, servido con una simple servilleta de papel y refresco; pero me hizo pensar que en ese momento por mucho que me hubieran servido caviar, foie o cualquier tipo de marisco, hubiese elegido ese bocadillo. Sí, me hizo pensar en la suerte que tengo de poder comer bien y disfrutar con ello gastando poco.

Especial «Tinc Gana» del bar «Tinc Gana» (Gavá, Barcelona) por 4,50€.

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Arantxa Ruano Me apasiona hablar de comida. Aunque en realidad mi pasión verdadera es comer. Cocino para comer, salgo para comer, trabajo para comer, leo para comer mejor, hago deporte para comer más... Arantxa Ruano

5 Comentarios

  1. Claudia Hernández
    diciembre 9, 2012, 9:27 am

    Bueno, es claro que no todo lo caro es bueno, pero mucho de los buenos productos hay que pagarlos caro. Es curioso que el sídrome se llame gourmand, porque su significado se separa del de gourmet precisamente en que la persona disfruta del buen comer, como tú con tu bocadillo, independientemente de que no sea un plato refinado o gourmet.
    Pero estoy contigo, saber disfrutar de todas las posibilidades que nos ofrece cualquier alimento, por más simple que sea, es una verdadera suerte.
    Saludos

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  2. MªJose-Dit i Fet
    diciembre 9, 2012, 11:23 pm

    Me ha gustado tu reflexión, y la comparto totalmente!!
    Buen bocada ummm
    Besoss

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  3. Delikat Essences
    diciembre 10, 2012, 8:03 am

    La comida es una gran placer y estoy contigo es una suerte poder disfrutar de cosas sencillas, como un cucurucho de pescado frito de un puesto de la playa o de un bocata como el que muestras, porque este tipo de placeres puede ser más sublime que la más exquisita de las cenas Cordon Bleau. Y eso es trasladable a muchas cosas más en la vida, como aquel que disfruta mucho más de un paseo en una vieja y querida bicicleta que en un Ferrari descapotable… La inteligencia del ser humano está muy directamente relacionada con su capacidad de disfrute.

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  4. Nerea
    diciembre 10, 2012, 10:07 pm

    ¡Qué razón tienes cuando decías que había que hacer un homenaje al bocata de calamares! No hay más que disfrutar de una buena comida, sencilla y buena como este bocadillo, que no tiene nada que envidiar a otras comidas de «lujo».
    Yo también lo reivindico, como la tortilla de patatas, las bravas, las croquetas…

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  5. Sorokin
    diciembre 11, 2012, 10:05 am

    Tienes razón, pero poner un bocata’calamares como ejemplo es hacer un poco de trampa, porque todo el mundo sabe que es la cosa más exquisita que paladar humano puede disfrutar… pero, ojito, ojito, si los calamares son buenos (no chiclosos), están bien fritos (y no con esa pastuza inmunda con las que los frien en algunos sitios), el pan es crujiente, etc… luego no es una cosa tan simple. Tu bocata es un bocata «gourmet» en ese caso.

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    Soy Arantxi

    Escribo el blog porque me encanta hablar de comida. En realidad mi pasión verdadera es comer. Cocino para comer, salgo para comer, trabajo para comer, leo para comer mejor, hago deporte para comer más,… mi vida gira en torno a la mesa.


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