Llamber (Barcelona)
La cocina asturiana más moderna y guapa de Barcelona se exhibe en este local del barrio del Born
Cualquier noche es buena para salir a cenar. Sin embargo, cuando la tarde la has utilizado para mimar tu cuerpo y alma en Aire de Barcelona, parece que una velada nocturna junto a una buena mesa sabe aún mejor. Un planazo lleno de placer, sensorial y gastronómico, que se coloca en los primeros puestos de la lista de Los mejores regalos (experienciales) de mi vida. Una combinación que no hubiera resultado ganadora si no hubiese sido por el restaurante que formó parte del presente: el Llamber, en el barrio del Born, a escasos metros de los mencionados baños árabes.
No sé si tanto relax hizo que mis neuronas se desubicaran, pero entrar en Llamber me trasladó rápidamente al Meatpacking District de Nueva York. Las paredes de bloques de cerámica, el estilo industrial de parte de la decoración, el uso de la madera antigua y la presencia de mucho turista de buen ver me hizo pensar que el restaurante Llamber bien pudiera triunfar actualmente en cualquier barrio moderno del mundo.
Se denominan a sí mismos taberna gastronómica, aunque en realidad su espacio y su cocina poco tienen que ver con una taberna tradicional. Cocina asturiana moderna, diría yo, aunque también juegan en la carta otras nacionalidades. Entre sus platos de pica-pica deslumbran la tabla de quesos asturianos y catalanes, las elaboraciones con pescado (como los buñuelos de bacalao o el pastel de pescado de roca) y, por supuesto, las patatinas al cabrales con praliné de avellanas, el plato rey de la casa. En su apartado de platinos destacan los arroces (con pulpitos, pistachos y salvia o con sepioneta y alioli) y la sublime morcilla de Burgos con chipirones. La oferta gastronómica se acaba con sus Llambiotaes, los postres. Sólo podemos hablar de los casadeilles con helado de romero, unos paquetitos rellenos de chocolate que llegaron deliciosamente calientes a la mesa junto a un particular y delicado helado de romero.
Nos entusiasmaron las presentaciones de los platos. Sencillas, limpias y originales. Porque ponerse guapo para obtener un primer contacto visual satisfactorio también es importante en cocina.
El servicio se mostró inicialmente despistado. Era sábado noche pero quizás el tiempo de espera, sentados en la mesa, hasta que nos tomaron nota fue excesivo. Las berenjenas llegaron sin apenas aliño y reclamamos obteniendo una respuesta rápida y un cambio en el plato. El resto de la velada fue rodada y se mantuvieron atentos.
Precio (2 personas): 59,50 con dos botellas de agua y una copa de vino. Pese a un par de detalles, el restaurante Llamber consiguió cautivarnos, lo que debería ser el objetivo de todo restaurante. Cada uno de los platos degustados se mantiene en nuestra memoria gustativa haciéndonos sentir curiosidad por el resto de la carta. Caerá una segunda visita tarde o temprano.
Restaurante Llamber
08003 Barcelona,
Tel: 93 319 62 50
llamberbarcelona.com
septiembre 16, 2015, 2:21 pm
La semana pasada estuvimos en este restaurante… y Chapeau !!!!!
Gracias por la recomendación, es un sitio para volver… La morcilla con Chipirones estaba espectacular… y un plato de fideuà con sobrasada y helado de allioli con miel… para chuparse los dedos !!!!!
Gracias!!!!