Àbac Restaurant (Barcelona)


Las buenas noticias se celebran y para nosotros celebrarlo significa ir de restaurante. En esta ocasión, especial en toda regla, quisimos estrenarnos con el Sr. Michelin: se trataba de la primera vez que íbamos a pisar un restaurante con estrella Michelin y además no sólo con una, sino dos (dos estrellas que todavía conserva tras las últimas nominaciones).

Así que con reserva realizada con tiempo nos presentamos en el Àbac Restaurant de la avenida Tibidabo.

Sentados al fondo de la sala, en mesa ovalada y con vajilla de Versace, estuvimos muy cómodos. En estos lugares te das cuenta de que hay detalles que suman: la separación entre mesas, el espacio en la mesa, la comodidad de las sillas, el ambiente, la luz, etc. Todavía sin comer y ya estábamos muy bien.

Advertencia: Quizás llegue a ser muy empalagosa en este post, pero es que llegué a disfrutar tanto en esta cena que no creo recordar que haya comido mejor en ningún otro sitio antes. También hay que tener en cuenta que íbamos predispuestos a disfrutar del momento aquella noche.

Escogimos el menú clásico. Creo recordar que tienen tres menús diferentes pero nos habían aconsejado probar el de siempre, el clásico.

Aperitivo:

Copa de champagne Louis Roederer. Un champagne fino, fino. Creo que ninguno de los dos habíamos probado nunca un buen champagne.

Aceitunas negras de Kalamata, aceitunas verdes de la variedad Luc (Languedoc, Francia), chips de patata con especias y crujiente de careta de ternera. Todo buenísimo pero las olivas negras de Kalamata fueron las grandes protagonistas en nuestra mesa, grandes, hermosas y de un sabor inigualable. Hay que probarlas.

Jurel confitado con bizcocho salado de celeri. Aun recuerdo el sabor de este plato, el caldo que acompañaba al pescado me pareció delicioso. Recuerdo que no dejé huella de este aperitivo.

Parmentier de patata y mozzarela, crema de ceps y aceite de pino. Simplemente excelente. La crema estaba tan sabrosa que no se me ocurre cómo puede estar cocinada para conseguir tanto sabor en tan poco recipiente. Y el aceite de pino, puro aroma a pino. Hubiese repetido de crema de ceps!

Platos:

Tartar de champiñones y aguacate con buey de mar. El plato que me dejó cautivada. Después de las cremas, soy amante de los tartars y éste se me quedará grabado en la memoria durante mucho tiempo. Acompañado de una bola de helado de salsa pesto, fue un plato fresco y sabroso. Nos sirvieron para acompañar el tartar, un fresquísimo Val de Sil que le iba a la perfección. Una combinación para aplaudir.


Foie gras al vapor de bambú. Un foie gras con la cocción perfecta, la temperatura perfecta y un caldito, que no sabría con qué identificarlo pero sí decir que cuajaba al dedillo con el foie. El caldito lo tengo grabado en mi paladar.. de nuevo un sabor diferente. Todo ello maridado con un Gewürztraminer, que hasta ahora sólo habíamos probado en postres: Pfalz 2005 Auslese Gewürztraminer Albers Weiler Latt. Un acierto increíble.


Macarrones con boloñesa de bogavante. Con una generosa capa de parmesano, resultaron muy buenos. Aunque el plato pareciera pequeño a simple vista, luego los macarrones eran bien grandotes. Quizás faltó reconocer un poco más el sabor a bogavante. Marinados con Marimar Estate Don Miguel Vinayard Pinot Noir 2004, vino tinto acertado con el plato de pasta.

Lubina salvaje con pimientas, salsifins al vino de Priorat. Gracias a este plato aprendimos qué son los salsifins y experimentamos un nuevo sabor en nuestro paladar. Me pareció una combinación extraña la de lubina, un pescado de sabor fino, con una salsa fuerte de vino, pero entendí que ese contraste era el propósito del plato. Acompañado de vino tinto Predicador, sí, vino tinto con pescado. De nuevo una combinación extraña, pero con buen resultado.

Cochinillo ibérico de Sierra Mayor 100%, tatín de mango. En este punto empecé a notar que el menú era contundente, aun así no dejé de disfrutar. La carne del cochinillo estaba tiernísima y el sabor perfecto. Y digo perfecto porque a mí el cochinillo es uno de esos platos que me cuesta porque me resulta de sabor fuerte pero éste estaba en su punto de sabor. Acompañado de un vino amontillado Pacorrito, que nos resultó demasiado fuerte para el plato. Nos recordaba mucho, tanto por el olor como por el gusto, a whisky.


Prepostre:

Panacotta de albaricoque, sorbete de riubarbo e infusión de Maria Luisa. Un prepostre ligero y fresco, ideal para abrir de nuevo un poco el estómago.

Postre:

Brioche, vainilla, pasión. Un postre que no resultaba pesado, con una mezcla de dulce-ácido que me encantó. Se acompañó con vino dulce Moscatel de la Marina de Enrique Mendoza.


– Petit fours y cafés. Y para acabar con nuestra cena, bajamos al Bar Lounge donde nos sirvieron los petit fours y cafés. Qué lugar más agradable.

La atención inmejorable, nos sentimos cómodos en todo momento. Fuimos informados de cada uno de los platos y vinos perfectamente, y nosotros participamos preguntando sobre todo aquello que desconocíamos. De verdad, estuvimos a gusto.

Como diría yo misma: «Estuvimos felices durante toda la cena.»

Àbac Restaurant Hotel

Avenida Tibidabo, 1
08022 Barcelona,

Tel: 93 319 66 00

About the author

Arantxa Ruano Me apasiona hablar de comida. Aunque en realidad mi pasión verdadera es comer. Cocino para comer, salgo para comer, trabajo para comer, leo para comer mejor, hago deporte para comer más... Arantxa Ruano

8 Comentarios

  1. encantadisimo
    diciembre 9, 2009, 9:29 am

    Bien, observo que te cuidas. ¿A cuánto salió la broma?

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  2. Arantxi
    diciembre 10, 2009, 2:02 pm

    El precio del menú clásico es de 125 euros…

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  3. Mai
    diciembre 10, 2009, 2:40 pm

    Nena, bocabadada em deixes, no dic mes, perquè ara no puc, torno a entrar i tafanekjar amb mes calama.
    petonets

    Responder a este comentario

  4. Juan
    diciembre 11, 2009, 5:35 pm

    Fue el lugar perfecto para poner la guinda a nuestra celebracion.
    Aconsejados y guiados por el mejor nos sumergimos en un mundo de sabores que pueden resultar dificiles de explicar pero que sin duda no te dejan indiferente.
    El precio puede resultar a ciertas personas exagerado, pero si realmente te gusta comer es una experiencia que no se puede pasar por alto.

    Responder a este comentario

  5. Sidddi
    diciembre 12, 2009, 7:35 pm

    La verdad es que el menú parece increíble, pero me sorprende la cantidad de vinos. Os servían sólo una copa de cada uno? Porque sino os habríais cepillado 7 botellas! 😀 Entonces seguro que acabais la cena contentos..

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  6. Sorokin
    diciembre 19, 2009, 12:26 am

    En dos palabras, como decía Jesulín de Ubrique: Im…Presionante. ¿Y todo eso por persona, o has relatado el menú para dos?

    Responder a este comentario

  7. manel
    diciembre 26, 2009, 8:11 pm

    ola, me encanta abac, ja que fuí una vez y me encantó.

    Quieres que te enlace y tu me enlazas? porfavor contesta

    Responder a este comentario

  8. DelikatEssences
    enero 4, 2010, 10:48 pm

    Arantxi llego tarde pero no puedo dejar de alabar tu gusto para elegir los sitios para comer y para celebrar cosas buenas. Vaya pinta que tiene todo.

    Responder a este comentario

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  • Arantxa

    Soy Arantxi

    Escribo el blog porque me encanta hablar de comida. En realidad mi pasión verdadera es comer. Cocino para comer, salgo para comer, trabajo para comer, leo para comer mejor, hago deporte para comer más,… mi vida gira en torno a la mesa.


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