En los establecimientos Pomme Sucré hacen disfrutar al visitante tanto del café como de sus piezas pasteleras. Madrid y Asturias son las ciudades afortunadas que disponen de un local de esta cadena. Nosotros tuvimos la ocasión el pasado mes de noviembre de merendar en la sucursal de la capital y fue un lujazo encontrar mesa a las cuatro de la tarde. El local, ubicado en el barrio de Chueca, no es muy grande, con menos de una decena de mesas. Una vitrina lateral llena de delicias reposteras te obliga a fijar sus ojos en ella y caer en la tentación más dulce. Al fondo, la cafetera y las piezas reposteras. Todo el café, se sirve en vajilla vintage. Un café aromático, bien caliente y con espuma. ¿Habéis probado a tomar el mismo café con leche en una taza fina de porcelana? No es lo mismo.
La repostería que tienen es muy buena. Sus croissants están considerados como uno de los mejores de Madrid e incluso de España. Nosotros probamos también los financiers (muy bien elaborados, mantecosos como deben ser y ricos) y una mini tarta de manzana que pareció escueta en tamaño pero que resultó finalmente adecuada. Nos quedamos sin probar sus hojaldres que se mostraban bien suculentos en la vitrina de Pomme Sucre.
Merendar en Pomme Sucre puede salir por unos cinco euros dependiendo de la pieza repostera con la que querramos deleitar nuestra tarde. Si vuelvo a Madrid o algún día visito Asturias, donde tienen la otra cafetería, tengo claro que no dejaré de tomarme un café con leche con alguna de sus creaciones pasteleras para merendar o desayunar.