Aunque parezca mentira, soy más de salado que de dulce. Aunque uno de mis objetivos en esta vida sea llenar mi cocina con impresionantes pasteles, a la hora de llevarme algo a la boca, prefiero que sea salado. Así que a la que la receta me lo permite, intento adaptar la repostería a salado.
Estas galletitas saladas de orégano surgieron de las sobras de una masa para tarta y sinceramente creo que triunfaron más que la propia tarta. El truco radica en la calidad del orégano: nada de usar el típico bote, hay que usar uno bien aromático para que las galletas sepan realmente a esta especia. En las herboristerías se suele encontrar fácilmente y para esta receta no hace falta tampoco mucho.
Receta de galletas saladas de orégano
Ingredientes:
150gr harina
75g mantequilla
20g azúcar glas
10 g agua
1 yema
100 gr queso en polvo
15g orégano
5g sal
Elaboración:
- Trabajamos el azúcar glas y la mantequilla en un bol con las varillas. Añadimos yema y removemos.
- Añadimos el agua y después la harina tamizada. Removemos. Seguramente lo tengamos que hacer con la mano.
- Ponemos la masa en film y enfriamos en nevera.
- Sacamos de la nevera y añadimos la sal, el queso y el orégano (cantidades aproximadas, se pueden adaptar al gusto). Mezclamos bien y hacemos un rulo. Ayudarse del rodillo si está muy fría la masa.
- Cortar con un cuchillo en discos finos.
- Cocinar al horno a 180 grados durante aproximadamente 12 minutos o hasta que veamos que se empiezan a poner doradas.