Restaurant Calders (Comarruga, Tarragona)

Cambiando nuestras costumbres podemos encontrarnos con cosas maravillosas. Y eso ocurrió cuando, estando por Comarruga, en lugar de pasar por la misma calle de siempre decidimos ir por otra que normalmente no solemos tomar. Nos encontramos con la sorpresa de que en aquella calle había un restaurante que desconocíamos su existencia: el restaurante Calders. En la entrada nos encontramos con un llamativo menú a 25 euros y decidimos entrar. Dentro nos encontramos con un espacio muy agradable, amplio y buena luz.

Lo más fantástico del sitio es que uno puede ver desde su mesa cómo se mueve el cocinero por su cocina, porque lo único que separa la sala de la cocina es una enorme cristalera donde está serigrafiada la palabra Calders.

Nos sorprendió gratamente la carta de vinos: muchos vinos y muchas denominaciones de origen. Una carta cuidada y extensa, separada por denominaciones y explicando los tipos de uva. Estuvimos bastante rato leyéndola…

Tienen carta pero nosotros fuimos directos al menú Xató i Calçots que nos había entrado muy bien por los ojos. Nos comentaron que el menú va cambiando por meses, en función de la temporada. Cada uno se pidió un plato diferente:

PRIMEROS

– Coca de recapte con calçots y botifarra esparracada. Con una presentación impecable en un plato de pizarra, era una coca de recapte adaptada a la temporada de calçots, muy original y buena.

– Xató estilo Calders. Una ensalada de xató con una crujiente escarola, un atún de primera, auténticas arbequinas, tomatitos cherry, bacalao y tortilla, regado todo con una magnífica salsa romesco. Sin lugar a dudas, el mejor xató que hemos probado. Esta ensalada la recordamos especialmente deliciosa (creo que volveríamos al Calders aunque fuera sólo a comer este plato!).

– Detalle de la tortilla del xató, que llevaba judías del ganxet, ¡cuidando hasta el último detalle de la ensalada! Impresionante.

SEGUNDOS

– Secreto ibérico a la parrilla de carbón volcánica. Crujiente por fuera, tiernito por dentro, buenísimo sin más.

– Bacalao gratinado con alioli y fondo de romesco. Un plato cuidado de principio a fin, todo muy suave pero a la vez potente de sabor: el romesco, el alioli, el bacalao…

POSTRES

– Buñuelos de chocolate. Me recordaron a unas bombas de sésamo que probamos en el restaurante chino Chenji, pero estos buñuelos de chocolate estaban mejor. Rellenos de chocolate negro, había que comérselo de un golpe y hacerlos explotar en la boca. Muy buenos.

– Helado de pistacho. De elaboración propia, resultó suave (al ser de pistacho me lo esperaba más fuerte).

– Vino blanco Musteus DO Penedés. En la carta indicaba los tipos de uva con el que está elaborado este vino blanco: macabeo, xarel·lo y parellada. Me parece una idea atractiva que en el menú se incluya una botella de vino. No solemos encontrar menús que incluyan botella de vino y si es así, el precio del menú tiende a ser más bien alto.

– Chupito de orujo de café (umm creo que era de café!) que nos lo sirvieron con unos dulcecitos de almendra y chocolate blanco. Un gran detalle por su parte invitarnos a los chupitos y dulces.

Salimos entusiasmados. Ya no sólo por lo bien que comimos sino porque el lugar está dado a disfrutar de todo lo relacionado con la gastronomía. Compartimos detalles y experiencias con el dueño, nos enseñó la cocina y quedamos en que volveríamos algún día a disfrutar o bien de sus catas de vino o bien de su magnífica sala reservada para grupos. Se nota que es un amante de la gastronomía de pies a cabeza.

Precio: 50,00€ (2 personas). El precio del menú, con un primero, segundo, postre y vino, salía a 25€/persona. Increíble, ¿verdad?

Si queréis saber más cosas sobre este restaurante, aquí tenéis su página de facebook. Animaos a visitar el Vendrell y después acercaos a comer aquí al Calders… me lo agradeceréis 😉

Restaurant Calders

Tel: 977 68 32 50
restaurantcalders.com