Currycurryquetepillo

Yo, el mundo y Marte

Hoy no toca receta, tampoco hablar de ningún restaurante. Hoy toca hablar de mí porque para eso es mi blog. La verdad es que no suelo explicar mucho sobre mí por aquí pero estos días necesito escribir y desahogarme y qué mejor sitio que éste para hacerlo. Y qué suerte que tengo de tener algo así.

Porque un blog se distingue de las demás páginas web en el carácter personal del mismo. Detrás de un blog hay alguien y ese alguien siempre le está poniendo sentimiento y ganas a lo que escribe; pocas (y deberían ser muy pocas) veces lo hace simplemente por enseñar algo, siempre se trata de compartir un sentimiento, una experiencia, algo… Un blog enseña partes de su autor y eso es quizás lo que lo hace más especial, que se trate de un cachito de uno mismo.

Y de uno mismo es precisamente de lo que quiero hablar. A mí parece que últimamente me están arrebatando parte del uno mismo o por lo menos es así como me siento o como me hacen sentir. Me explico. Llevo menos de dos meses en paro, sí, EN PARO y aunque al principio esas palabras y la situación de desempleo me daban pánico, lo llevo bien. Es más, yo lo escogí así, y hasta el momento no me arrepiento. Y lo escogí porque mi mundo, mi yo se estaba yendo a pique. Me sentía ahogada, me sentía estancada, apática, vacía y cada día que pasaba, más ilusiones perdía.. No sé bien las razones de ello pero lo único que tenía claro por entonces, es que quería un cambio. Y así lo hice.

No me arrepiento a diferencia de lo que puedan pensar algunos. Aun así es duro. Es duro pasear por la calle y encontrarte a alguien que te pregunte cómo estás y, acto seguido sin dejar responder, te pregunte si te va bien el trabajo.. y veas que la cara le cambia cuando dices que ya no trabajas. Es duro escuchar siempre las mismas frases: «es que con los tiempos que corren», «es que el que más y el que menos», «es que los que tienen trabajo tienen una suerte», «es que son tiempos duros»… Pues yo lo siento pero a todos ellos les diré que la vida no es tan mala a menos que tú te la plantees y la visiones de forma pesimista. Que sí, que tener trabajo está muy bien y que el dinero es lo que hace que puedas sobrevivir, pero no vivir. Señores, MI SALUD y yo estamos bien, gracias.

El problema viene cuando a una persona de mi calibre (pongámosle un toque de humor a toda esta parrafada), alguien con ambiciones, con ganas de comerse el mundo y parte de Marte, con la mente inquieta y creativa, con ganas de trabajar y sacarle beneficio a todo lo que se le cruce por el camino, se le cierran las puertas antes de abrirlas. No puede ser que el primer día de llegar a la maldita oficina de empleo, el señor que me atienda me quiera enviar a Finlandia a trabajar: «es que una ingeniera con idiomas viviría muy bien allí.» Sí, todo lo que usted quiera señor pero ¡yo quiero estar con mi familia sabe! No puede ser que una se informe y pregunte por las formas de crear empresa, crear negocio en este maldito país y sólo hagan que decirle que es muy duro, que no son buenos momentos y que hacen falta muchos dineros

Pues bien, así estoy. Intentando luchar conmigo misma para que no me arrebatan más estas ganas de vivir que tengo. Menos mal que como ya dije en el único post que he escrito sobre mí hasta el momento, aquí estoy con mi familia, mis amigos y todos vosotros. Que si fuera por el resto del mundo, con el pesimismo con el que vivimos, yo ya me iba con los marcianos a Marte a crear empresa.

About the author

Me apasiona hablar de comida. Aunque en realidad mi pasión verdadera es comer. Cocino para comer, salgo para comer, trabajo para comer, leo para comer mejor, hago deporte para comer más... Arantxa Ruano

Salir de la versión móvil