Empezando el año con un café con leche

La gente que me rodea sabe que últimamente no están siendo mis mejores días. El 2011 me ha dejado con un sabor amargo en la boca. He tenido días muy felices pero también he tenido días en los que no me hubiera levantado de la cama y en los que me ha costado sacar mi habitual sonrisa.

Hoy, al mediodía, mientras caminaba hacia el centro para comprar algunos regalos, lo he visto claro. He visto que tengo la suerte de no estar sola. Mientras yo caminaba tranquilamente, un hombre dormía tirado en un portal. Pasar por su lado me ha hecho pensar que hay personas que se encuentran completamente solas y que seguramente tengan días peores que los míos. He visto que quizás yo algunos días no sea capaz de alegrarme la vida a mí misma pero que tengo la gran suerte de estar rodeada de gente que sí que lo hace por mí y que consiguen levantarme, animarme y darme aliento. Y eso es un alivio.

Así que quizás el día de hoy no haya sido bueno para mí pero seguramente a ese hombre se lo he podido mejorar en algo con un café con leche bien calentito, o por lo menos eso me ha parecido cuando se ha despertado para darme las gracias.

Por lo que he decidido que aunque haya días en los que a mí me cueste sacar mi sonrisa, no dejaré que eso impida que a los demás no les salga. A veces sólo hace falta un simple café con leche…