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Miramar Restaurant (Llançà, Girona)

En nuestra última visita a la comarca de l’Empordà donde disfrutamos de una maravillosa y tranquila estancia en el hotel Mas Pau, decidimos que el domingo iríamos a comer a algún lugar especial de la zona. Para ello pedí consejo al excelentísimo bloguero Encantadisimo el cual me sugirió varios restaurantes, escogiendo finalmente a una apuesta segura: el restaurante Miramar de Llançà.

Una vez en Llançà, para hacer hambre, paseamos por el puerto y sus alrededores. Llegada la hora nos acercamos al edificio donde se alberga el hotel y restaurante. Nos sorprendió porque visto desde fuera podría tratarse de cualquier tipo de restaurante, pero a medida que uno se va acercando al lugar se da cuenta de que no está en lo cierto. Una entrada con dos enormes sillones, un cálido local destacando el blanco por encima de todo, vistas al paseo y al mar, con un ambiente relajado en armonía con el mar.

Como la explicación no me cabe en una sola publicación explicaré en un primer post los snacks y tapas y en un segundo los platos y postres.

Snacks y tapas:

Caipiroska. Un caipiroska escondido en manzana macerada casi congelada.

Navajas. Navajas en estado puro, que se unieron a una sopa tailandesa.

Huevos de codorniz en tempura con salsa de soja. Al meterlo en la boca se notaba la yema, que cuajaba a la perfección con la soja.

Bolsita de piñones y jengibre. Una bolsita comestible que escondía una mezcla de piñones bien tostados y jengibre.

Tartaleta de champiñones y trufa. Uno de los aperitivos más divertidos. La tartaleta era dulce y el resto de elementos salados. Venía acompañada de unos polvos con sabor a champiñones que se tenían que echar por encima a modo de sal.

Coca de llardons (chicharrones). Una ligera coca que desprendía un sabrosísimo e intenso sabor a chicharrón. ¡Se deshacía en la boca de tan ligera que era la coca!

Nuez Pecán. Un dulce aperitivo realizado con crema de nuez.

Cerezas Kirsch. Unas cerezas que explotaban al morderlas. Sinceramente no sé si se tratan de un tipo de cerezas o si estas cerezas estaban maceradas con un licor o algo. Ahí estoy con la duda. Las notamos demasiado ligeras de sabor.

Carbonara «Frigo». Un pequeño y original cucurucho relleno de una crema que recordaba a la carbonara. Difícil de coger y comer.

Guisantes. Unos ríquisimos guisantes en una base con sabor a guisante también.

Crisálida. Uno de los postres más llamativos. Un envoltorio dulce y esponjoso evocando al típico algodón de azúcar de feria y un interior con sabor a pesto. Con difícil aspecto uno se pensaba dos veces si comerse este aperitivo, pero sin prejuicio ninguno, una vez aventurado a introducírselo en la boca, uno se daba cuenta de que dentro escondía una fabulosa e intensa salsa pesto más bien sólida.

Ensalada César. Una base crujiente con un centro cremoso y con sabor a anchoa.

En general todos los aperitivos nos sorprendieron de una forma u otra. Seguramente sean de los aperitivos más extraños y curiosos que hayamos probado nunca. Eso nos produjo tener alguna que otra complicación y dificultad para comérnoslos de un sólo bocado, aunque en nuestro caso ello sumó originalidad y diversión a la comida.

Continua con los platos y postres.

Fotografías realizadas con la cámara Panasonic Lumix DMC-FZ45

Restaurant Miramar

Passeig Marítim, 7
17490 Llançà (Girona),

Tel: 972 380 132

About the author

Me apasiona hablar de comida. Aunque en realidad mi pasión verdadera es comer. Cocino para comer, salgo para comer, trabajo para comer, leo para comer mejor, hago deporte para comer más... Arantxa Ruano

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