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Sopa de galets rellenos

No sé cómo será para el resto de habitantes de esta tierra, pero a mí cuando llegan las Navidades me entran ganas de cocinitas y de todo lo que ello conlleva: ir al mercado, comprar comida, mirar a cómo está el pescado y el marisco, poner la cocina patas arriba, preparar y decorar la mesa, servir a los invitados, … hasta incluso limpiar la cocina me apetece!

Desde antes de las navidades ya tenía en mente que para estas fiestas iba a cocinar sopa de galets rellenos, la idea me surgió a partir de la buena pinta que tenían los de Mai del blog maidiguismai. Es un plato tradicional pero diferente, que además no iba a desagradar a nadie de mi familía, así que decidí que se trataría del primer plato para el día de Navidad que celebrábamos esta vez en nuestro pisillo.

Compré unos galets bien grandes, creo recordar que en la tienda no había más grandes que estos. Con el envase en italiano, entendí que tenían algo de qualité… no dudé en cogerlos porque no quería que se me rompiera la pasta en ningún momento del proceso de elaboración del plato, fastidiando así uno de los platos de Navidad. Una curiosidad: estos galets en italiano se llaman algo así como conchiglioni con trafila ruvida di bronzo. Bonito y largo nombre.

En el mercado compré un botecito de trufa, ingrediente que le dio un toque especial, y un gran sabor, al relleno de los galets. El relleno viene a ser como el que se hace para una albóndiga. Yo utilicé:
– carne picada, mezcla de ternera y cerdo (500 gr)
– 2 huevos
– trufa picada
– unas 6 rebanadas de pan duro mojadas en leche
– 1 ajo bien picado
– sal y pimienta
(para un total de 30 galets)

Con una cucharita rellenamos a tope los galets. Mi hermana fue la que se encargó de esta tarea y hasta le resultó divertido rellenar la pasta porque nunca lo había hecho.

El caldo de la sopa ya lo tenía preparado de antes (con la recetilla de mi abuela, ¡como no!), así que con el caldo en plena ebullición fuimos añadiendo con cuidado todos los galets. Tardaron unos 15-20 minutos en hacerse bien, fui comprobando que el relleno no se quedara crudo.

Una sopa diferente. Una sopa con gran sabor por el caldo, la pasta y el relleno. Primera vez que la trufa entra en nuestra cocina y no la última. En definitiva, un gran plato de Navidad.

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Me apasiona hablar de comida. Aunque en realidad mi pasión verdadera es comer. Cocino para comer, salgo para comer, trabajo para comer, leo para comer mejor, hago deporte para comer más... Arantxa Ruano

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