Curiosamente, el día que compramos el queso de mahón seco y picante, teníamos en nuestra minibodega un vino del Priorat, el Tetis 2004.
He de reconocer que me impresionó la combinación. Aquel vino que cualquier otro día hubiese dejado en la copa, acabó evaporándose gracias a la buena conjugación que hizo con aquel queso. Habíamos dado en el clavo con el maridaje.
Altamente recomendable probar un Priorat con queso seco!