Mérito tuvo comprar toda la comida, preparar los platos con anterioridad, colocar la decoración navideña y poner la casa para unas 12 personas. He de decir que yo sólo participé en las últimas horas antes del gran evento y que casi vi peligrar mi puesto porque algún que otro invitado me suplantó 😉
Y luego llegó el pica-pica, aproximadamente sobre las tres y media de la tarde: chorizo al vino, croquetas de bacalao, champiñones con beicon, sepia (qué blandita le queda siempre al señor Chef!) y mejillones con picadillo.
Hacia eso de las cinco de la tarde vinieron los platos fuertes, esos que entran en el cuerpo con amor. El Chef nos tenía preparadas dos sorpresas: patatas a la riojana en envases individuales y el gran protagonista de la comida, el foie. Para este último, la cebolla caramelizada ya estaba preparada con anterioridad. El foie con cebolla puso el punto sobre la i al final de la comida.
De postre hubieron un par de tartas, una de ellas cortesía de la pinche que ya explicará en próximos posts. Acabamos de comer casi a las ocho de la tarde… esto es lo que se llama una comilona.