He de reconocer que hace unos años no me gustaba la salsa pesto. O quizás es que no había probado la salsa pesto de verdad. El caso es que un día, en un restaurante italiano de Barcelona, me arriesgué y pedí un plato de pasta con salsa pesto. Desde entonces es uno de mis platos favoritos.
Estaba claro que de Italia nos íbamos a traer pasta. Elegimos una sencilla, macheroni, un tipo de macarrones. Fue difícil elegir entre tanto tipo de pasta pero al final optamos por lo sencillo. Nos salió a 5,50€ el paquete de 1 kilo. No está nada mal teniendo en cuenta la calidad de la pasta.
En la misma tienda donde compramos la pasta, cogimos también un botecito de salsa pesto. De este no recuerdo bien el precio, creo que fueron sobre los 6 euros.
Después de cocinar la pasta, lo único que tuvimos que hacer fue añadir un poco de salsa pesto al plato y listos. Digo un poco porque la salsa pesto puede resultar fuerte. Esta en especial estaba deliciosa, se notaba perfectamente el parmesano, la albahaca y el aroma del aceite.
Algún día también me pondré a experimentar y probaré de hacer salsa pesto. Parece sencillo.