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Traska Truska (Molins de Rei)

Si os hablara de buenas a primeras de Traska Truska, seguramente no pensaríais que bajo este nombre se esconde un restaurante de pinchos de la localidad de Molins de Rei. Y cuando digo «se esconde», lo digo en el sentido exacto de la expresión. La primera vez que acudimos, hace años, a probar este establecimiento, reconozco que tuvimos algún prejuicio a la hora de entrar. Desde fuera uno no puede intuir nada de lo que hay y pasa dentro. Todo el exterior del restaurante, puerta incluida, está forrado en madera. No hay carta a la vista ni ningún elemento más que te haga intuir cocina y tipo de local. Aquí definitivamente funciona el boca a boca.

Este establecimiento gastronómico es sobradamente conocido por los habitantes de este pueblo y alrededores y prueba de ello es la gente que se aglomera por las noches en su local. Siempre que hemos acudido a comer, lo hemos hecho a horas tempranas, para encontrar sitio y disfrutar de su oferta gastronómica con más tranquilidad. El lugar es grande, con mesas anchas de madera para compartir y rincones, barra y columnas habilitados para comer de pie. En Traska Truska reina el movimiento.

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Variedad y calidad en los pinchos que se sirven en barra.

Traska Truska, como se ve ya, rompe con muchas de las reglas que siguen la mayoría de los restaurantes; aquí no se llevan nada los tradicionalismos. No hay carta, funciona al estilo self-service con los pinchos que van saliendo de cocina y, sorprendentemente, no sirven refrescos. El que entra por la puerta, de madera, «sólo» puede beber cerveza, sidra o vino (¡vaya peazo bodega de vinos que tienen!). Sus pinchos van desde los mas tradicionales vascos hasta otros más imaginativos para paladares más atrevidos. Complementan esta oferta de pequeños bocados con platos más elaborados. Hay que preguntar por ellos, y por su precio, a los camareros. Lo más demandado del lugar, el chuletón, platazo de carne que ronda por muchas mesas para compartir.

Buenas berenjenas rellenas.

Alcachofas gratinadas, producto de cercanía bien elaborado.

Canelones elaborados con masa de crep rellenos de carne con toque de trufa. De lo mejor del lugar.

Comer en Traska Truska puede variar mucho de un día a otro. Si sólo se va de pinchos, la cuenta seguramente no superará los 20 euros por persona. Si a la comida le añadimos un buen vino, algunas de las especialidades en plato o el afamado chuletón, la cosa puede subir hasta los 30 o 40 euros por persona.

La última vez que comimos en este restaurante coincidió con la Fira de la Candelera, a la que no faltamos año tras año. Este gran evento, que se celebra hacia finales de enero en Molins de Rei, es una de las ferias más antiguas de Cataluña (este año ha sido la 163 edición). Entre todas las actividades que se organizan, aconsejo su Fira de Vins donde, con copa en mano, se pueden catar muchos vinos directamente de la mano de sus productores. De copa en copa y tiro porque me toca.

La parte gastronómica y enológica de la Fira de la Candelera.

Traska Truska

Passeig del Terraplè, 82
08750 Molins de Rei Barcelona,

Tel: 936 68 95 80

About the author

Me apasiona hablar de comida. Aunque en realidad mi pasión verdadera es comer. Cocino para comer, salgo para comer, trabajo para comer, leo para comer mejor, hago deporte para comer más... Arantxa Ruano

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