Currycurryquetepillo

Canelones de Navidad

De pequeña más de una vez ayudé a mi madre a enrollar los canelones. Por aquel entonces ni siquiera yo era consciente de mi futura afición a la gastronomía y a la cocina en especial, yo simplemente me limitaba a ayudarla y a comer después.

Estas navidades me propuse cocinar canelones para poder comerlos en estos días tan señalados. Primero tendría que explicar que en mi entorno familiar se puede escuchar tanto la palabra canalón como canelón. No es que le demos especial importancia a la palabra, al contrario, nos hace gracia porque a más de una cosa la llamamos de dos maneras diferentes según la persona. Yo me decanto más por canelón porque el canalón me suena a conducto (y es que es así).

Para iniciarme en el mundo de los canelones, realicé una pequeña tarea de investigación entre recetas de familiares (entre ellos mi madre, mi suegra, mi tía, etc), consulté mil y un blogs de cocina y con todo ello decidí que al final me dejaría ir llevando con todo lo que había aprendido. También influyó mucho el carnicero que me recomendó qué tipo de carne comprar, claro está.

Ingredientes:

1kg de carne de cerdo (mejor del cuello)
1 pollo troceado
caldo de pollo
especias
hígado de pato
cebolla
harina
leche
mantequilla
pasta para canelones
queso parmesano

Intentaré no explayarme, porque realmente en cada uno de los pasos se podrían explicar muchas cosas.

1. En primer lugar, coloqué toda la carne, cortada en octavos (tal y como me dijo en carnicero) junto a las cebollas cortadas también y añadiendo un par de tazas de caldo de pollo en una bandeja de horno. Le eché algo de especias, perejil y tomillo creo recordar y dejé la carne aproximadamente una hora y media hasta que vi que estaba bien asada.

2. El siguiente paso fue descarnar las piezas, vamos, quitarles el hueso y eliminar las partes más grasas de la carne. Todo ello lo pasamos después a la famosísima picadora a la que todas las madres llaman el un, dos, tres. Este magnífico aparato deja la carne picada en el punto exacto para poder proceder con el siguiente punto. Hasta aquí no le añadí nada a la carne.

3. El caldo que quedó en la bandeja del horno lo batí y pasé por un colador. Lo reservé para más tarde. El olor que desprendía este caldo era buenísimo, estábamos delante de un buen potenciador de sabor casero.


4. De mientras fuimos haciendo la pasta para canelones en una olla a parte. Como bien explicaba en muchos sitios, se sacó una a una a en un recipiente con agua bien fría y después se fue extendiendo en paños.


5. En una sartén hice un poco de bechamel con harina, leche y un poco de sal. A esta bechamel le añadí un poquito de hígado de pato para después incorporar finalmente la carne picada y mezclarlo todo bien. Pero realmente el mejor truco y lo que le dio más sabor a la mezcla fue añadirle una buena cuchara del caldo que habíamos reservado. Tuve que tener cuidado e ir removiendo a fuego lento para que quedara una masa que se pudiera manejar bien después. Si algo tiene fácil los canalones, es que el relleno se puede ir catando y corrigiendo mientras se va cocinando.He de decir que como había tanta carne picada a algunas de las tantas la bechamel la hice con algo de cebolla picada también. De las dos formas quedaron muy bien.


6. Ya sólo quedaba agregar esta pasta a los canelones y enrollar. Una vez colocados en sus respectivas bandejas, sólo faltaba añadir la bechamel y el queso parmesano (recomiendo empedernidamente el queso parmesano para cubrirlos, hay diferencia!) rallado por encima.


Salieron aproximadamente unos 56 canelones. De ellos, 36 fueron consumidos en Navidad y los restantes congelados para poder degustar nosotros mismos. No es porque los hicierámos nosotros, pero quedaron perfectos! Sublimes! Es que todo lo que se hace con amor, sale bien…


About the author

Me apasiona hablar de comida. Aunque en realidad mi pasión verdadera es comer. Cocino para comer, salgo para comer, trabajo para comer, leo para comer mejor, hago deporte para comer más... Arantxa Ruano

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