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Molí del Duc (Aín, Castellón)

A veces es imposible relajarse en la ciudad. La masificación, el estrés del trabajo, el tráfico, el ruido, etc. hacen que nos acostumbremos tanto a ello sin tan siquiera darnos cuenta de que se puede vivir de otra forma también. Por suerte, existen lugares donde uno puede degustar todo aquello que no le da la ciudad: calles sin coches, gente sin estrés, caminos sin asfaltar, el silencio de los grillos.. Suelen ser pueblos escondidos en las montañas donde se estila esta otra forma de vida.

Y nosotros este verano tuvimos el privilegio de conocer uno de estos lugares. Escapando de la rutina diaria, en nuestra única semana de vacaciones de verano, fuimos a parar a Aín, un pueblo ubicado en el Parc Natural de la Serra d’Espadà (Castellón). A través del blog 3 o 4 al día conocimos la existencia de Molí del Duc, una casa rural que volvía a abrir su restaurante después de un tiempo cerrado.

Cautivados por su oferta especial que incluía una noche de alojamiento más menú gastronómico y desayuno para dos, allí nos plantamos un miércoles de mediados de agosto.

Después de un agradable descanso en la habitación, dimos un paseo por el pueblo para ir preparando el estómago para la noche. Si hay algo que se agradece de las casas rurales es su acogedora tranquilidad. Y eso fue también lo que nos encontramos en el restaurante que se ubica en la planta baja de la casa. Maurici Serra, el creador del blog 3 o 4 al dia, fue el que nos recibió y junto a Laura, su cuñada y dueña de la casa, hicieron un tándem perfecto para servirnos el menú degustación:

Sal Maldón y sal ahumada con aceite de oliva. Un buen inicio que se está poniendo muy de moda en los restaurantes y para los que nos encanta sucar el pan es un buen inicio.

Pincho de chocolate con foie. Un aperitivo bien gracioso y diferente. Primera vez que probamos la combinación chocolate con foie. Con un toque de sal, el pincho se deshacía en la boca dejando unos contrastes de dulce y salado muy agradables.

Ensalada con boquerón y mermelada de tomate. ¿Porqué no tenemos foto de esta ensalada tan buena?!?!?! Ensalada bien fresca acompañada de un boquerón y su jugo que al mezclarse con la mermelada hacía un aliño dulce-salado.

Vichyssoise de pimiento y tomate. El mejor plato de toda la velada. Presentado primero como una crema blanca, se le incorporaba el gazpacho apimientado convirtiéndose finalmente en una crema color naranja con suave sabor a pimiento. Excelente presentación y excelente sabor.

Croqueta de calabacín. A los que disfrutamos de la cocina nos gusta que nos expliquen cómo nacen los platos y de esta croqueta precisamente supimos de su origen. Con las croquetas se puede jugar mucho y aquí, en el Molí del Duc, han creado su croqueta, la de calabacín. Aunque llegó un pelín demasiado hecha por fuera, por dentro era suave y cremosa con un toque sutil a calabacín.

Bacalao con cebolla confitada y salsa de pimiento. Un sencillo bacalao con su piel crujiente acompañado de una base de cebolla y salsa de pimientos verdes. Para mí, la salsa le sobraba; el pescado y la cebolla ya hacían un buen plato.

Solomillo al romero. Un solomillo bañado en salsa perfumada con tomillo, una salsa que recordaba a una especie de carbonara pero con aroma a tomillo. Todo un reto este plato, porque en general los solomillos no se suelen presentar bañados en salsa. A nosotros nos gustó y mucho.

Huevo frito. Qué divertido poder tomar como postre un huevo frito con sus choricitos y todo. Sin duda el plato más original de la noche. Se trata de una base de yogur con centro de lemon curd y acompañado de arándanos secos. Un postre bien ácido.

Sorbete de albahaca. Un postpostre muy agradable y fresco. Nos retaron a adivinar los ingredientes y casi lo conseguimos: albahaca, limón y azúcar.

Para beber: vino tinto Merlot de Enrique Mendoza. Su carta de vinos no puede ser más práctica: ¡en un Ipad! Esto sí que es aplicar tecnología a la gastronomía 😉

El precio del menú degustación es de 24 euros/persona (sin bebida). ¿Acaso por dos aperitivos, cinco platos y dos postres se puede ajustar más el precio? No lo creo. Por la calidad y el trato que recibimos hubiésemos estado dispuestos a pagar más. En el Molí del Duc son conscientes de que están entre las montañas, pero si siguen con ese espíritu más de uno hará como nosotros y recorrerá 300km para conocer esta casa rural con encanto donde también se cuida la gastronomía.

Fotografías realizadas con la cámara Panasonic Lumix DMC-FZ45

Molí del Duc

Calle Aigua, 11
12222 Aín (Castellón),

Tel: 964 629 064

About the author

Me apasiona hablar de comida. Aunque en realidad mi pasión verdadera es comer. Cocino para comer, salgo para comer, trabajo para comer, leo para comer mejor, hago deporte para comer más... Arantxa Ruano

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