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Jabón de acero

Últimamente con la dieta que estamos haciendo comemos más pescado que carne. A mí especialmente, me viene ocurriendo que también prefiero el pescado a la carne, sólo que le encuentro un único inconveniente: el olor.
Seamos sinceros, todos hemos llegado de la pescadería con bolsas de pescado de esas finitas (¿porque las hacen tan finitas si dentro llevamos pescado fresco?) y hemos ido dejando tufo por la escalera. Y no digamos si vas a la Boquería y te vuelves en Metro. Si se te sienta alguien al lado…sabe que llevas pescado (hablo desde la propia experiencia)!

Luego está el hecho de cocinarlo. Normalmente en las pescaderías ya te lo preparan…»Chica, ¿cómo lo quieres para el horno o para la plancha?», ¿Te dejo la cabeza o te la corto para hacer caldito?» El caso es que a veces no queda más remedio que ponerte junto al pescado a magullarlo y deshacerlo hasta que quede a tú gusto para poder cocinarlo.

Y, ¿luego cómo se te quedan las manos? Pues con olor a pescado, claro.

Pues hace tiempo que en casa de mi prima descubrí el jabón de acero. Aquel día el olor de mis manos no era de pescado sino de ajos, que podríamos decir que es incluso peor desde el punto de vista de que el olor no se te va en días de las uñas y las manos (yo es que tengo muy buen olfato). Allí pude comprobar como limpiándome con este maravilloso jabón de acero, el mal olor me desapreció de las manos en un santiamén. Recomiendo probar la experiencia.
Os presento a mi nuevo jabón de manos que se ha instalado en mi cocina: el jabón de acero.

About the author

Me apasiona hablar de comida. Aunque en realidad mi pasión verdadera es comer. Cocino para comer, salgo para comer, trabajo para comer, leo para comer mejor, hago deporte para comer más... Arantxa Ruano

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