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Empanada gallega

Las costumbres familiares y, sobre todo las gastronómicas, no deberían perderse jamás con el paso del tiempo.
Últimamente siento el deseo de mirar atrás y sentir cómo nuestros padres, abuelos, nuestra familia en general, cocinaba cuando nosotros éramos pequeñitos. Eran otros tiempos, otra época en la que existía mucho menos dinero que hoy en día (aunque parezca mentira) y en la que, en cambio, las familias se alimentaban y comían con lo poco que sacaban del propio huerto, campo o lo que podían comprar en el pueblo.
Lo curioso es que, en mi opinión, con mucho menos se comía mejor. Con un poco de esto, con un poco de aquello nuestras abuelas fueron capaces de hacer un buen caldo, un buen potaje,.. en definitiva unos buenos platos de cuchara con los que se alimentaba a toda una familia incluso semanas enteras.
Siento algo especial al cocinar y comer este tipo de platos. Será quizás que siento una cierta melancolía por saber que han pasado de generación en generación. Será que siento que no puedo perder la oportunidad de aprender todo aquello que nuestros abuelos, nuestra familia aprendió en otro momento de esta vida. Será que siento que yo tengo que continuar con ello, que no puedo desaprovechar esta oportunidad que me brinda la vida y la buena cocina de antaño.
Y así empiezo con una magistral clase que me dio mi tía de cómo hacer empanada gallega.
1. Se calienta agua con sal. Calculamos medio litro aproximadamente.

2. Con aproximadamente 1 kilo de harina y menos de 50gr de levadura bien mezclados, añadimos el agua suficientemente caliente. Vamos haciendo la masa intentando que no se nos pegue a las manos. Esto comprendí perfectamente que es cosa de práctica.


3. Notaremos que está hecha cuando no se nos pegue a las manos. Una vez lista, dejar reposar unos 45 min aproximadamente, tapándola y sin que le de el aire directamente.


4. De mientras vamos preparando el relleno: cerdo (mejor la parte del cuello que es más tierna), tocino, chorizo, pimiento rojo y un par de cebollas.


5. Cada maestrillo tiene su librillo y en el caso de mi tía, para darle forma a la masa, utiliza una botella de Revoltosa, botella con unas cuantas empanadas a su espalda. Me quedé fascinada con la botella.


6. Hacemos dos partes de la masa, una que será para la cara inferior de la empanada y la otra como»tapa», para la cara superior de la empanada.

7. En una bandeja metálica colocamos la capa inferior y encima los ingredientes esparciéndolos uniformemente.


8. Y ahora la parte para mí más difícil. Por encima de todo el relleno ponemos la «tapa» de la empanada. Yo siempre había tenido la curiosidad de saber cómo se cerraba una empanada y en esta sesión pude comprobar con mis ojos (¡y mis propias manos!) cómo se hace. Eso sí, mis dedos no estaban tan entrenados como los de mi tía: a ella, con sólo dos dedos, le sale perfecto el repulgue.

9. Luego al horno aproximadamente una hora y media a 250 grados. Y el resultado es una auténtica empanada gallega. Como dice mi tía, una AUTÉNTICA empanada GALLEGA!

10. La cortamos en porciones y a disfrutar en la mesa!

Gracias tía por tu paciencia y tus explicaciones.

About the author

Me apasiona hablar de comida. Aunque en realidad mi pasión verdadera es comer. Cocino para comer, salgo para comer, trabajo para comer, leo para comer mejor, hago deporte para comer más... Arantxa Ruano

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